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Archivos diarios: 30 de May de 2009

Chuson-ji  中尊寺 en Hira-izumi 平泉

Una fabulosa excursión de un día a la provincia de Iwate desde Sendai, capital de Miyagi. Hiraizumi es un hito histórico del norte del Japón. El área fue controlada por cuatro generaciones del clan de guerreros Oshu Fujiwara. El esplendor del sitio se manifiesta en los templos y jardines ceremoniales que la definieron en su época como centro urbano budista.

El clan Fujiwara originario de Kioto es el responsable de haber traslado la cultura a esta región norteña. El área fue de gran interés por su posición estratégica como por los materiales para la construcción de los templos, en especial la explotación de oro que domina los acabados sobre estatuas y paredes.

Viajar a este paraje no puede ser más fácil. Partiendo de la salida Este de la Estación de Sendai en la parada 46, un cómodo autobús te deja en la entrada del templo.

El Templo principal es Chuson-ji y se llega a  él luego de  subir por la calle Tsukimi-zaka. Esta rampa que nos da acceso al complejo sobre la colina, es parte del atractivo. Senda amplia y levemente inclinada, cobijada por cedros de gran tamaño, marca el límite entre el pueblo y el área sagrada.

El sitio es famoso por el mausoleo del clan Fujiwara, llamado Konjiki-do. Construido al estilo budista comprende una sala recubierta en pan de oro por dentro y por fuera. El altar como las columnas están acabadas en oro, laca y madreperla. En total hay 33 estatuas, donde sobresale el buda Amida Nyorai sentado, debajo de estas se encuentran enterrados los cuatro gobernadores Fujiwara. Para la concepción budista esta sala representa la “Tierra de la dicha perfecta” donde el dolor y el sufrimiento no existen. su construcción se la atribuye al primer gobernador Fujiwara Kiyohira.

Otro gran atractivo son los rezos y cantos budistas konshi kinji issai kyo escritos en oro sobre papel azul marino y decorados con ilustraciones que describen su contenido.

El dominio del Clan Fujiwara fue desde finales del siglo XI hasta finales del XII, sin embargo este lugar nunca perdió su esplendor. En las mediaciones del Templo podemos apreciar la estatua del Poeta Matsuo Basho, quien visitó el templo en el siglo XVII. A pesar de haber perdió la mayor parte de sus salas originales, la primera impresión  sobre Konjiki-do quedo manifestada en su poesía, lo que se reafirma hasta hoy día y que  busca obtener el título de patrimonio de la humanidad. Su poema dice: Los largos días lluviosos / no han disminuido el brillo de / esta gran sala de luz.